miércoles, 21 de febrero de 2018

Miedo

No, no vuelvas a interponerte en mi camino.
Va completamente enserio.
Ni si quiera lo intentes.
Por favor.

Jodida tú

Querida jodida tú,
¿qué? ¿no tenías suficiente? ¿aún quieres más?
Te diría que me sorprendes pero sinceramente, me lo esperaba.
¡Cuánto tiempo amor!
Ya sólo queda que vuelvas a hundir las uñas bajo tu piel mientras lloras desconsoladamente perdiendo aire en la almohada. Entonces ya estaremos todas: desesperanza, tu y yo. Juntas.
¿No lo echabas de menos?

Burried

Recuerdo lo bonito que resultaba pensar: "todo esta bien".
Digamos que he tenido que volver a abrir ese maravilloso cajón lleno de mierda.
De la de: cuanto más mueves, más apesta.
Supongo que este autosabotaje ya empezó desde antes de Navidad.
Los cambios, los malditos cambios.
Ahora toca dar el do de pecho.
Dejar de intentar estar bien y empezar a estarlo...
Es hora de limpiar todos y cada uno de los cajones.
Y va doler, joder, me va a doler muchísimo.
Pero estoy cansada de enterrar el pasado.
Sobretodo porque al final, acaba volviendo.
Es cierto eso que dicen: nunca sabes de lo que eres capaz.
En todos y cada uno de los sentidos.
He vuelto a tener esa sensación ante el espejo.
La de repugnancia, me refiero.
Y no, el reencuentro no ha sido agradable.
Supongo que incluso cuando piensas que no podías hacer algo más terrible, vas y te sorprendes.
Una de esas serendipias pero en sentido kamikaze, me gusta mantenerme en mi linea.
Kamikaze. A veces siento que debería tatuarme esa palabra.
Kamikaze, en la puta frente.