viernes, 2 de junio de 2017

Tierra

Sin techo.
Sin ti.
Sin fuegos artificiales.
Ni si quiera cohetes.
Dormir en la calle mirando las estrellas pierde su gracia si llueve y hay tormenta.

jueves, 1 de junio de 2017

Jueves amargo

Si, casi un año sin escribir.
Necesitaba reconstruirme.
Destruirme hasta constituirme.
A veces olvido que soy de hierro, de porcelana, de plástico, de goma eva.
A veces se me olvida desconectar, conectar, reiniciar.
Así que seguí, a ciegas, rota.
No era exactamente el mismo dolor, pero cada vez se parecía más... y más.
Sin pulso, sólo de pensar: "otra vez". 
Impulso.
Sencillamente quería vomitar, del asco, de la impotencia, del puto descontrol.
Y entonces llegó ella.
Estoy casi segura de que en ese momento volvió mi riego sanguíneo al cerebro.
Yo, quiero, si quiero.
Y ahora se me duermen los dedos de tanto escribir...

Chiquita la cama de matrimonio

Me desperté en el otro lado de la cama.
Joder, había jurado que estabas ahí.
Pero no.
Tú siempre ausente, esquivo, ido.
Me levanto y me miro al espejo pensando: "Otra vez, un sueño".
O una pesadilla.
Hace mucho que no estás.
Es cuestión de acostumbrarse a una cama de matrimonio individual.

Y si

Ya no dependía de tí o de mí. 
Aquello era demasiado y, sin más, frío, escalofrío, escalofriante... jodidamente terrorifico. Tu forma de mirarme.
Pasó tanto tiempo en un(s) año(s). Condensado, intenso, risueño, puro, duro, extremo, a hierro, sangrante.
Hicimos el amor demasiadas veces, pocas.
Y sí, explotó.
Pero ya no dependía de tí o de mí, o sí, pero no hicimos nada.