Joder, había jurado que estabas ahí.
Pero no.
Tú siempre ausente, esquivo, ido.
Me levanto y me miro al espejo pensando: "Otra vez, un sueño".
O una pesadilla.
Hace mucho que no estás.
Es cuestión de acostumbrarse a una cama de matrimonio individual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario