domingo, 29 de julio de 2012

¿Lo mismo da que monta tanto?

Todavía sigue dando vueltas al mismo tema de siempre... Se encierra en una espiral de autocompasión que no la lleva a otro sitio, ni a ninguna otra solución. Muchas veces, viene demasiado grande. Digamos que muchos estómagos no cumplen su función de digestión. ¿Y ahora qué? Es lo que me suelo preguntar. ¿Como se le enseña a cazar a una oveja, si antes no empieza a sentirse un león? Por lo visto dicen que la mente tiene mas poder que cualquier fuerza. Los psicólogos siempre atribuyen problemas de autoestima; pueden que no estén del todo lejos en este caso. Tampoco entiendo mucho. Quizás han pasado demasiados años: es mi pan de cada día, mi pesadilla de cada noche, mi escusa para salir huyendo. No me pueden faltar fuerzas... Una vez, ya hace mucho tiempo, me dieron esta responsabilidad que ahora me pesa tanto sobre los hombros, y aunque tenga la oportunidad de salir corriendo, siempre sabré que tendré que volver a enfrentarme, soy consciente de ello.
Pero mientras tanto, incluso contando los días en los que tengo que escuchar como oculta aquello que grita, me levanto con ganas de vencer, de comerme el mundo, de despertar mil sonrisas, de poder contar anécdotas, de sentirme querida, de cantar bajo la ducha, de disfrutar del aire que respiro; con ganas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario