martes, 28 de enero de 2014

Cuándo es inesperado e inevitable; el tiempo se detiene, quizás algo menos de un segundo, hasta que recuerdas que has olvidado respirar. Un suspiro recupera el aliento, pero todavía no puedo apartar su mirada de la mía. El mundo parece haber dejado de girar y la gravedad ha dejado de agarrarme el suelo. Y mientras el resto del planeta parece haber desaparecido, sé que cambiaras mi vida.


Cuándo es inesperado, y sientes como el corazón te da un vuelco y late más fuerte, incluso cuándo la distancia quiere recuperar todos esos segundos perdidos, hasta en los días más difíciles, no se acaba la ilusión de volver a intentarlo.


Cuando escucho tu voz, cuando sueño contigo, cuando al recordarte o pensarte no puedo evitar esa sonrisa tan tonta, cuando me mandas un abrazo o un beso, cuando haces música, cuando te echo de menos, cuando sobrellevamos las malas y las peores, cuando ni contigo ni sin ti, cuando eres un teléfono o una pantalla, cuando me haces reír o me haces llorar, cuando me cuidas, cuando me haces feliz y soy tan afortunada, siento que no hay nada que no podamos hacer. Eres lo mejor que me ha pasado.


Supongo que cuándo nadie lo espera, alguien abre una puerta. Y entiendes que algo tan sencillo y complicado como es el amor, no puedes buscarlo, ni desesperarlo, ni desearlo, ni si quiera pensarlo; simplemente te sorprende.



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