miércoles, 4 de febrero de 2015

Mejor, adiós

Culpa, hablemos de la culpa. Hablemos de cuántas lágrimas he gastado, hablemos de todo el daño, hablemos de todas esas veces en las que me has recordado lo indispensable que soy, hablemos del por qué. Tú, que olvidaste tus responsabilidades y no nos diste otra opción que la de crecer; tú, que todavía quieres tener el control de nuestras vidas, cuándo ni si quiera sabes cuales son tus derechos y obligaciones; tú, que no te equivocas nunca; tú, que sigues castigando y castigando cuándo ya han reconocido sus errores y han sufrido sus consecuencias; tú, que no me dejas libre, tú que me persigues.

Tú, culpa; tú, ego, es mejor despedirnos.

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