domingo, 19 de agosto de 2018

Hablo de ojalá, pero no de aquel “ojalá siempre” de Defreds. 
Hablo de aquel otro ojalá...
Dame aire, el tuyo, para respirar.
O al menos un suspiro.
Lo supe en el momento exacto,
en el que cruzamos las estrellas.
Sin ningún esfuerzo, somos.
Hagamos que el pasillo sea eterno.
No fue ninguna sorpresa...
El uno para el otro,
completamente distintos.
Huele a la humedad de 
mis persianas cerradas.
Encerrada a oscuras,
sin que nadie escuche nada.

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