domingo, 18 de noviembre de 2012

Quizás lleve demasiado tiempo hablando conmigo misma. Ya no quiero ni escucharme. Digo cada tontería, que haciendo de tripas corazón, no tienen ningún sentido. Seguramente antes hubiera buscado alguna solución ingeniosa que acabara dándome la razón, pero ya no tengo ni si quiera ganas de eso. 
Y me grito a mi misma -¡Si! ¡Si! ¡Claro! Es mucho mejor sentirse una desdichada. ¡Que pena! ¡Pobrecita mía! Deberías acabar ahora mismo con todo esto ¿no? ¡Vamos! ¡Llora! ¡Llora fuerte para que te oigamos todos!-
Entonces es cuando recuerdo porque siempre entablo conversaciones como esta. Porque son las únicas que me hacen darme cuenta de lo idiota que soy. Buenas noches, es hora de dormir. Si me buscáis estaré bajo mis seguras sábanas, que si tengo que llorar, sean ellas las únicas que tengan que escucharme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario