Veinticuatro horas perdida en un infierno. Y da igual de que manera intentes salir de todo esto. Cierras los ojos y no puedes evitar pensar en aquello. De nuevo te encierras en tu pequeña habitación, donde solo tu almohada esta dispuesta a escucharte. Parece que...no,no, no, ¿quién querría? ¿Acaso tú? ¿o tú? ¿ni si quiera tú? Envuelta en una espiral. Totalmente absurdo, sin duda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario